miércoles, 26 de diciembre de 2012

Debate sobre la televisión pública

Como todos sabemos, uno de los medios más potentes para crear ciudadanía crítica y libre se encuentra en la televisión pública. Sin embargo, en España hemos asistido en los últimos años a un desgaste progresivo del modelo de televisión pública, tanto a nivel estatal (TVE) como a nivel autonómico (Telemadrid).

Según el periodista Jordi Évole, "lo que está pasando con nuestra televisión pública se merece un   `salvados´ " (programa de la Sexta conducido por el periodista). Y así fue, el 04/11/12 la Sexta emitió un programa titulado "Tv pública: políticos al mando" en el que se abordó el tema de los medios de televisión públicos y la manipulación informativa que hay en ellos.





Con respecto a este tema, se habla de la intromisión de la política en el mundo del periodismo, de modo que Jordi Évole opina que cuando cambia un gobierno se cambian a los directivos y a profesionales, aunque estén al frente de algunos de los programas más exitosos tanto de televisión como de la radio, como es el caso de la periodista Ana Pastor, ya que el 12 de agosto de 2011 el portavoz del Partido Popular arremete contra la periodista, insinuando la posibilidad de despedirla si el Partido Popular ganara las elecciones por realizar un trabajo sesgado y no ser imparcial. El 4 de agosto de 2012, se hizo público su cese de la dirección del programa Los desayunos de TVE. Desde RTVE argumentaron que le habían ofrecido otro programa que ella rechazó; sin embargo, la periodista desmintió tal propuesta y declaró que la echaron "por hacer periodismo", y que no le ofrecieron nada concreto.

Por consiguiente, “Televisión Española siempre ha sido privada; del PSOE, del PP, o del CIU...”, denuncia Iñaki Gabilondo. Es decir, es una televisión pública al servicio del partido que gobierne. La verdad es que para todos los españoles esto es una aberración ya que no podemos entender cómo una cadena pública, que pagamos todos, puede cambiar de directivos cada vez que cambia un gobierno y dejar en el olvido a un gran número de profesionales que hacen bien su trabajo, consiguiendo de esta forma informar de una manera sesgada y no imparcial, y lo que es más indignante aún ser utilizada como altavoz de los políticos.

A raíz de esto  nos surgen varias preguntas, ¿Es la televisión pública una televisión privada del gobierno?, ¿Están al servicio del poder político o de los ciudadanos?¿Pasan los criterios políticos por encima de los periodísticos?, ¿Es necesaria una televisión pública?


Según el periodista José Martí Gómez sí es necesaria una televisión pública, pero ¿por qué? Como hemos visto en la asignatura de Información Audiovisual, Multimedia y Educación, es necesaria una televisión pública para educar por varios motivos:
  1. Socialización (por su nivel de implantación, que con la crisis se ha incrementando). Hay que aprovechar su implantación y su alta potencialidad educativa para contribuir a la creación de ciudadanos mejor formados (justicia social). Pero sin una televisión pública esta justicia social se quebrantaría.
  2. Trasmite normas, valores, conceptos y cambios de actitud.
  3. Es un buen trasmisor de conocimientos.
  4. Sirve de contraste/complemento con la educación formal de la escuela.
  5. Lo más importante es que una televisión pública nunca va a ser rentable económicamente, pero sí SOCIALMENTE para garantizarnos información.
Por lo tanto, en mi opinión, creo que es necesaria una televisión pública por todos estos motivos, siempre y cuando no se utilice como un instrumento en manos de quien detenta el poder y no se pretenda manipular a la ciudadanía, perdiendo con ello la objetividad y la imparcialidad. Todos necesitamos una televisión pública que nos mantenga informados y en el que se dé cabida a todos y cada uno de nosotros, sin excluir a enfermos, discapacitados etc., debido a que un sistema que se base sólo en el dinero tiene riesgos. El principal riesgo de que sólo existan televisiones privadas que dependan del mercado es esa pérdida de información en sustitución del entretenimiento para conseguir más audiencia. Además otro de los riesgos es que las televisiones no tiene espectadores, tiene partidarios por eso es necesaria una televisión pública para que se cuente la información con la mayor imparcialidad y objetividad posible, tendiendo a un mayor pluralismo, ya que al fin y al cabo todos somos parte de la televisión pública y todos nos tenemos que sentir identificados con y en ella. Es decir, una televisión pública que informe, que forme y, por supuesto, también que entretenga.


Por otro lado, el político y periodista Miguel Ángel Rodríguez, dice que "la televisión público no sirve para nada", "la única alternativa de las televisiones de las comunidades autónomas sería la privatización". Para él, la única que se salvaría sería TVE porque "España necesita ser consciente de que es un país y que juntos tenemos que trabajar". De este modo pasamos a ver los inconvenientes de la televisión pública según Albert Esplugas (Director de Estrategia y Desarrollo de Negocio en Microsoft):


  1. Reduce el bienestar de los individuos y atenta contra su libertad personal. Los recursos públicos empleados en un medio público son detraídos forzosamente de otras ramas productivas que responden a la demanda de los consumidores en el mercado. Cada euro confiscado por el Estado para sufragar la televisión pública es un euro menos en el bolsillo de los contribuyentes. La televisión pública existe a expensas de los individuos, no es fruto de un intercambio voluntario.  
  2. En el origen coactivo de los medios de comunicación públicos radica su ineficiencia. La televisión pública, en lugar de liberar recursos innecesarios y reducir costes, no hace sino recrearse en el exceso a costa del contribuyente. No tiene incentivos para economizar recursos ni tiene el test de la rentabilidad para saber cuándo está haciendo un buen trabajo.
  3. La función de servicio público de los medios de comunicación estatales, siempre vagamente definida, se enfrenta a un conflicto de imposible resolución: si pretende satisfacer al mayor número de consumidores, entonces su objetivo es igual al de las cadenas privadas, que también buscan maximizar la audiencia, y su necesidad queda en entredicho. Si, por el contrario, pretende ofrecer contenidos (culturalmente elevados etc.) que por sus características apelan solo a determinadas minorías, es obvio que no beneficia al conjunto de ciudadanos que financian este servicio, lo que también cuestiona su idoneidad. 
De este modo llegamos a la conclusión de que el principal inconveniente de la televisión pública es el despilfarro que se ha producido, sobre todo en las comunidades autónomas, ya que en España hay un exceso de televisión pública, según José Martí Gómez, y la televisión pública es un servicio muy costoso.

En concreto, el desgaste del modelo de televisión pública parece tocar fondo en estos días, donde parece que se juegan el puesto 925 trabajadores de Telemadrid. Esta televisión pública funcionaba bien hasta que Esperanza Aguirre se convirtió en la presidenta de la Comunidad de Madrid, ya que no le valía una TV de servicio público, lo único que quería era hacer carrera política. La consecuencia de la mala gestión y la manipulación de la cadena se refleja en la pérdida de la audiencia (del 17% pasan al 6%), por una información sesgada y falta de pluralismo. Además podría contar con el apoyo de los madrileños, ya que al echar a esos trabajadores la ciudadanía tendría que pagar menos impuestos. De este modo, Esperanza Aguirre ha convertido a esta cadena pública en "un altavoz de propaganda".

Vídeo animación de cómo destruir un servicio público:


Para ello, se ha creado la plataforma "Salvemos Telemadrid”, una asociación que busca la imparcialidad de Telemadrid, que ha sido denunciada por sus propios trabajadores por falta de objetividad, manipulación y control por parte de Esperanza Aguirre y el PP, y la cual está a punto de ser privatizada.

Finalmente, creo que es necesaria una televisión pública, aunque suponga un mayor coste pagado por todos los ciudadanos, siempre y cuando merezca la pena, es decir, siempre y cuando se utilice con la finalidad de informar, formar y entretener al espectador y no con la finalidad de ser utilizada como altavoz de propaganda por parte de los gobiernos para ganar las elecciones, y una vez ganadas para seguir haciendo carrera política. 

1 comentario:

  1. Hola Cristina, soy Albert Esplugas Mimo. Te has equivocado de Alberto en tu artículo. Supongo que querías poner a Alberto Esplugas Boter. Te ruego modifiques el articulo dado que nunca he hecho ninguna declaración al respecto. Muchas gracias de antemano,

    Albert Esplugas

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